Oye, Israel: Yahweh nuestro Dios, Yahweh es uno
(Deuteronomio 6:4). Esto es lo que nos revela Yeshúa en Marcos
12:28-30: Uno de los escribas que había llegado al oírlos discutir, dándose
cuenta de que él había respondido bien, le preguntó: “¿Cuál es el principal
mandamiento de todos?” Yeshúa le respondió: El principal es: “Oye, Israel: El
Señor nuestro Dios, El Señor es uno. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con todo tu ser, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
Isaías 45:5 también nos dice: “Yo soy Yahweh,
y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí”. Con estos versículos
concuerdan: Deuteronomio 4:35; 4:39; 1ª Reyes 8:60; Isaías 44:6; 45:18 y 21;
46:9; Joel 2:27; Marcos 12:32 y 1ª Corintios 8:6.
Dios es infinitamente perfecto en todos sus
atributos. En cuanto a poder, Él es Omnipotente; en conocimiento, Él es
Omnisciente; en términos de espacio, Él es Omnipresente; en relación al tiempo,
Él es Eterno. Él también posee absoluta perfección en sus cualidades morales,
siendo así, infinitamente santo, recto y justo, como también Él es la fuente
infinita de amor, gracia y misericordia. Él es la verdad absoluta y la fuente
de toda verdad.
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